Esta terraza se articula en dos espacios diferenciados, unidos por una visión de diseño elegante y una conexión fluida con la naturaleza. La primera zona presenta un jardín minimalista donde una sutil línea invita a avanzar hacia un mirador con vistas privilegiadas a la Basílica de la Sagrada Familia.

Una pared lateral revestida en listones de madera, adornada con especies colgantes y trepadoras, suaviza las vistas laterales y anticipa el ambiente del siguiente espacio. En continuidad, la zona de comedor de la terraza se transforma mediante un jardín vertical envolvente, utilizando especies que ya aparecen en la primera zona para crear coherencia.

El diseño del jardín vertical, con líneas horizontales asimétricas en diversas tonalidades y texturas de verde, evoca un aspecto fresco y natural inspirado en la sucesión de Fibonacci. Esta base vegetal no solo aporta estética y paisajismo, sino que también contribuye a un espacio ecológico, capaz de filtrar aire y generar oxígeno, creando una atmósfera de frescor, armonía y vida.